No mueras pobre.
No mueras sin haberlo intentado.
No mueras sin haber encontrado a tu tribu.
No mueras sin haber dominado el sentirte ridículo.
No mueras sin haber construido un patrimonio envidiable que puedas dejar a la siguiente generación para que comiencen con ventaja.
Muere como en esa famosa canción de Sinatra, ya sabes, a tu manera, habiendo intentado más de lo que podías hacer, habiendo encarado cada reto de frente y siendo dueño de la situación.
Muere con notas fantásticas sobre lo que aprendiste en muchas áreas técnicas, artísticas, científicas, culturales, sociales y deportivas a las que te atreviste a ingresar.
Hey, yo te ayudo a morir mejor —por decirlo de una manera dramática.
Keep reading.
Las tres formas en que te puedo ayudar a morir mejor:
- La primera es compartiendo de forma directa contigo lo que he aprendido en más de diez años inventando desde cero una comunidad internacional de PADs y lanzando mis ideas para emprender. Estos son dos cursos y comienzan a principios de Septiembre. Se llaman «Marca Personal» y «Negocios Pro». Joder, tío, si consumes a diario mis hacks gratuitos porque te gustan y te sirven, vas a flipar con mi contenido premium.
- La segunda forma en que te puedo ayudar es reuniéndome contigo y otras varias decenas de pros en San Miguel de Allende durante dos días a finales de Septiembre para hablar sobre cómo construir riqueza transgeneracional. En esto tengo muchas notas que te van a volar la cabeza.
- Y finalmente, te doy coaching personalizado si eres un emprendedor o profesional que quiere pasar a niveles superiores generando más dinero con su compañía o con sus habilidades dentro de la corporación. Esto es vía WhatsApp en un formato sexy donde interactuamos al ritmo que a ambos lados nos conviene y vemos a profundidad cómo derribar barreras para avanzar.
Ayer leí una publicación de Morgan Housel, un escritor al que sigo con bastante gusto. Decía que llegó a un restaurante y ordenó una hamburguesa. La mesera la preguntó que si la quería con papas fritas, a lo que él respondió que no. Una señora de unos ochenta años escuchó esto y le gritó a la distancia, «entonces yo me las voy a comer» o algo así. Minutos después, la hamburguesa y las papas se materializaron y la señora le dijo nuevamente en voz alta, «recuerda que esas son mías».
Todos podemos imaginar fácilmente esta escena.
Velo así: lo has visto todo cuando ya andas en tus ochentas, ¿por qué ibas a sentir pena en decirle con autoridad a un extraño que tú vas a tomar de su plato las papas fritas que él no quiere? Esa es la actitud que a ti y a mí nos conviene desarrollar en la vida. Y si lo podemos hacer en las cosas que importan, mejor.
¿Cuáles son esas cosas que importan? Hay varias, pero mi trabajo se enfoca en insistir en estos tres rubros: tu marca personal, tus negocios y tu mentalidad.
Recuerda que el objetivo de tener una buena marca personal es conseguir la atención de una audiencia que apoye tus ideas. Lo que tú quieres con tu marca personal es exactamente esto que está ocurriendo aquí, en este instante entre tú y yo, donde andas consumiendo un texto como éste de un tipo al que tal vez no conoces de frente pero con el que sientes cierta afinidad en varias de las cosas que propone al mundo. Lo que quieres con tu marca personal es generarte recursos y oportunidades explotando las redes sociales para eso, para ser más social, mejor conocido de una manera profesional y positiva.
Sobre tus negocios, no se trata de que renuncies hoy si tienes un buen empleo y mañana emprendas el sueño de tu vida. Hay que ser estratégico. Mira, cuando te inscribes con tus amigos a una liga de fútbol local, entras a la cancha entendiendo la mayoría de las reglas: el fuera de lugar, los penalties, el saque de banda y cosas así. Si quieres jugar a tu mejor nivel, seguro entrenas duro previo a cada partido y cuidas tu alimentación. Emprender es lo mismo: puedes hacerlo sin prepararte y entrar emocionalmente desnudo a la cancha. Y lo único que vas a conseguir es que los que sí han hecho lo que hay que hacer barran el piso contigo.
Y si ya estás emprendiendo, lo peor que puedes hacer es pasar tiempo constante cada fin de semana en el bar hablando con tus familiares y amigos sobre lo que estás haciendo. Te quieren. Los quieres. Y eso está bien, pero no están en lo que tú estás. No pueden entender lo que estás intentando construir. No son tontos ni malas personas, pero esto es como si quisieras que un grupo de adolescentes te tomara en serio en tu opinión sobre cómo jugar GTA si ni siquiera tienes la consola apropiada en casa y jamás has pasado más de una hora dentro del videojuego. Todo pro tiene un coach. Y entre más alta su posición, más vital es esto. En negocios, yo soy un coach ideal. Sé de lo que hablas. Sé lo que te puede realmente impulsar.
Una de las inquietudes recurrentes que he notado en muchos de mis alumnos a lo largo de los años es que les da pena insistir en lo que ofrecen. Hay quienes me dicen «es que ya publiqué una oferta en la mañana, ya me voy a esperar hasta la medianoche para volver a ponerlo en internet».
¡No!
No, no y no.
Tienes que aprender a insistir. Sobre todo, tienes que insistir cuando lo que estás empujando al mundo es algo bueno.
La gente que comparte miedos, dramas, tonterías, mentiras, ninguno de ellos se limita, ninguno de ellos le da pena insistir con sus malas y tristes historias del mundo. Empujan toda esa negatividad con fuerza, con velocidad, con constancia. ¿Por qué entonces tú y yo tenemos pena de insistir cuando estamos construyendo negocios y agregando valor desmedido a la sociedad?
Tienes que insistir cuando tu producto o servicio impulsa genuinamente a tus clientes.
Coca-Cola no te ayuda absolutamente en nada más que dándote micro-segundos de euforia en un día caluroso. Y sin embargo, la compañía no se cansa de taladrar por todos los vías imaginables en que debes comprar sus productos. Usa esa misma actitud y tenacidad. Insiste con convicción porque lo que estás poniendo afuera en el mercado es para el bien colectivo. Créetela.
Aquí estoy yo, insistiendo como cada semana en que mis cursos, mi evento y mi coaching te convienen. Lo sé porque llevo años haciendo esto y la respuesta general que obtengo de los participantes es que ahora tienen herramientas que no habían considerado, que se sienten inspirados, que eso los motivó a comenzar.
Eso quiero para ti.
Te decía de la señora de ochenta años que tomó las papas fritas del plato de un desconocido en un restaurante.
Imita su confianza para decirle a tu audiencia lo que tienes entre manos.
Te decía de Coca-Cola y la publicidad insistente que hace sin pena de sus productos chatarra.
Imita su tenacidad para avanzar en sus objetivos.
Te enseño de marca personal porque sé la magia que ha desencadenado en mi vida. Esa magia está a tu alcance si insertas TADI, ya sabes, Tiempo, Atención, Dinero e Incomodidad.
Te enseño a construir riqueza transgeneracional porque llevo más de una década estudiando de cerca a quienes ya han conseguido esto y tengo muchas notas poderosas que nos van a ahorrar a ti y a mí años de frustración encerrados en un juego equivocado que no nos conviene.
Te doy coaching personalizado porque creo en la capacidad de esa persona que reduce su ego para aceptar buenos consejos y moldear mejor sus decisiones con un entendimiento superior de lo que será ganador en el largo plazo.
Hace unos días, alguien muy cercano a mí estuvo en un terrible accidente de autos en la carretera. Un trailer de carga a toda velocidad se quedó sin frenos y destrozó cinco vehículos.
Tal vez no creas en los milagros, pero aquí nadie murió y esto es casi la definición de uno.
Agradezco infinitamente que nada malo le ocurrió a esta amistad. De haber muerto, habría sido en sus términos porque esta persona lleva años moviéndose en lo que quiere, empujando lo que cree, creando su realidad y siendo alguien respetado por su ejecución y mentalidad. ¿De cuánta gente a nuestro alrededor podemos decir esto con sinceridad?
Seamos así.
Te estoy platicando este drama para recordarte a ti y a mí que no tenemos que conseguir cinco mil followers hoy ni asociarnos para abrir una empresa mañana. Esos no son los primeros pasos.
Los primeros pasos son entender mejor el juego y rodearte de otros en tu misma frecuencia.
Y en esto soy genial, en explicarte lo que necesitas saber y en conectarte con gente que ya anda en modo alto desempeño. Te puedo ayudar bastante.
Muévete con precisión.
Actúa siempre con decisión.
Pídenos aquí en WhatsApp las fechas, precios, descuentos y más información de los cursos, el evento y el coaching.
Sin pena.
Cero drama.
Enfoque. Ecuanimidad.
La gloria está en el largo plazo.
Sé audaz. Y selo ahora.
—A.
P.D. 1: Te dejo cinco frases poderosas que me guían a diario. Espero te inspiren en tu camino también:
La realidad es negociable.
—Tim Ferriss
Comete errores de ambición y no errores de pusilanimidad. Desarrolla la fortaleza para hacer cosas audaces, no la fortaleza para sufrir.
—Nicolás Maquiavelo
Tienes que pensar en cosas grandes mientras haces cosas pequeñas, para que así las cosas pequeñas vayan en la dirección correcta.
—Alvin Toffler
El hombre razonable se adapta al mundo; el irracional persiste en tratar de adaptar el mundo a sí mismo. Por lo tanto, todo el progreso depende del hombre irracional.
—George Bernard Shaw
Todo lo que está a tu alrededor y que llamas vida fue hecho por personas que no eran más inteligentes que tú y puedes cambiarlo, puedes influirlo, puedes construir tus propias cosas que otras personas pueden usar.
—Steve Jobs
P.D. 2: Si esto te gustó, suscríbete gratis a mi newsletter. Te va a encantar.