Cuando entré a trabajar por primera vez a una compañía, para mí fue un shock descubrir que mis jefes, los jefes de mis jefes y los dueños no sabían muchas cosas que yo consideraba básicas en el mundo de la tecnología.

Las palabras de moda en aquellos tiempos eran «open source», «Linux», «world-wide web», «multimedia» y otras así. Hoy son «blockchain», «metaverso», «Android», «ChatGPT» y demás. El asunto es el mismo: si eres nuevo en el mundo laboral dentro de una gran organización, descubrirás que muchos o todos los que están arriba de ti están desactualizados.

Yo no entendía cómo era posible que las nulas habilidades de Excel de mi jefe no fueran un problema para ejercer sus actividades. Yo me enorgullecía de ser un experto en hacer todo ahí, pero aunque asombraba a algunos de mis compañeros en el mismo nivel jerárquico que yo, mi dominio técnico de lo computacional no reflejaba mucho en mi avance profesional ni en mi bolsillo.

Querido nerd: el mundo es un caos. Y ese caos se debe a que este planeta está habitado por personas. Y las personas somos caóticas por naturaleza. Para controlar todo lo que queremos construir, se necesitan ciertas personas excepcionales que saben navegar entre todo el caos de los demás. El problema para ti es que el trabajo de esas personas no parece trabajo para ti. Las ves platicando todo el tiempo, yendo a una reunión, saliendo a comer con alguien, y tú que pasas horas sentado frente a tu computadora vomitándole código para agregar un nuevo módulo al maldito ERP no ganas ni la mitad de su salario.

¿De qué se trata? ¿Por qué ese «tonto» ha subido de nivel?

Evita las respuestas fáciles y dramáticas estilo «es que es amigo del dueño», «es que se acuesta con la hija del otro gerente», es que esto y es que aquello. Ese tipo lo que hace es administrar el caos, no doblarse ni quebrarse cuando los humanos hacemos nuestro trabajo natural de descomponer los sistemas que funcionan.

Tú no. Tú sabes mucho de programación, de software, de procesos altamente técnicos, pero necesitas que nadie te moleste, que todos entiendan rápidamente lo que explicas de forma críptica, que para todos los demás sea obvio lo que para ti lleva años siéndolo. En otras palabras: como no sabes interactuar con el mundo real, necesitas interfaces que puedan lidiar con los demás departamentos, equipos y proyectos. 

Ese jefe arriba de ti es la interface humana.

Por eso gana lo que gana.

Por eso está en la posición en la que está.

Aprende mucho de él. Desarrolla las mismas habilidades blandas que domina. Deja de estar enamorado de tu capacidad técnica y vuélcate a hacer trabajo político y diplomático.

Solo con trabajo político y diplomático es que puedes estar al frente de grandes proyectos.

Y solo con trabajo político y diplomático es que puedes hacer que esos proyectos tengan éxito.

Ya no agregues más palabras y tendencias tecnológicas de moda para impresionar a otros en el bar. No las necesitas.

Agrega entendimiento verdadero y poderoso de la naturaleza humana y cómo navegar bien en ella.

Sin miedo.

Cero dramas.

Ecuanimidad. Enfoque.

La gloria está en el largo plazo.

Disciplina emocional.

Dureza mental.

Sé audaz. Y selo ahora.

—A.