Pasé el verano del noventa y cinco repartiendo cartas por toda la ciudad. Recorría largas distancias de un extremo a otro con mi bicicleta bajo un implacable sol. Duré poco tiempo en ese trabajo. Mi jefa no era mi fan. Yo no disfrutaba el asunto. La gente no quería firmar de recibida su correspondencia porque —luego me enteré— todas eran oficios legales que los metían en líos.
Tengo muchos otros ejemplos en mi vida con esfuerzos de este tipo, donde mi impulso no me regalaba un gran resultado, donde la paga era mala y el reconocimiento inexistente. Así fui danzando por los años de mi desarrollo profesional hasta que cruzó en mi radar el concepto de “resultados asimétricos”.
Los resultados asimétricos consisten en conseguir la mayor cantidad de beneficio con el menor esfuerzo posible. Esto que hago a diario de compartir notas contigo por todos los canales posibles de internet es parte de esa estrategia: me siento a redactar mis ideas, lo que voy aprendiendo, lo comparto libremente y miles de personas en muchos países invierten TADI (tiempo, atención, dinero, incomodidad) para leer mis artículos. Esto trae como resultado que existan oportunidades constantes en mi correo electrónico. Ahora, no te quiero engañar y decir que el asunto ha sido así siempre. Tampoco fue fácil. Mucho menos rápido. Cuando comencé a publicar en la red, nadie me leía. O me leían sólo algunas personas de mi círculo. Fueron muchos años de insistir hasta que eventualmente la audiencia se fue formando y hoy todo es más ligero en mi ejecución digital.
Los resultados asimétricos vienen cuando estudias en las escuelas adecuadas y tienes las relaciones precisas para hacer negocios con tus compañeros años después. Tus papás invirtieron TADI en pagar tus estudios en un lugar que sabían que te iba a regalar amplias facilidades sociales y profesionales más adelante. Donde otros tenemos que demostrar nuestra valía y sufrir para convencer a los que pueden abrirnos puertas, tú que conviviste mucho tiempo con ellos y que eres parte de su círculo, puedes conseguir trabajos y oportunidades sin esperar en la fila tradicional. Y está bien. Esto es lo que muchos queremos para nuestros hijos.
Busca resultados asimétricos. Hace diez años mi salario era de unos trece mil pesos mexicanos al mes. Si me hubiese mantenido en la misma empresa durante la década pasada, habría logrado tal vez subir al doble mi ingreso con ellos. Eso no es asimétrico. En ese mismo tiempo, mi apuesta de hacer muchas cosas muy rápidamente me abrió puertas bastante más interesantes. Claro, me trajo al mismo tiempo muchos problemas que son normales al hacer negocios y que hay que resolver, pero en general, el balance es extremadamente positivo.
Conseguir resultados asimétricos viene de tener desarrollada una mentalidad de optimización constante. Si pagas los servicios de tu casa —agua, electricidad, internet— haciendo algún tipo de fila, no tienes desarrollada esta mentalidad de optimización constante de la cual te estoy hablando. No puedes obtener resultados asimétricos si te comportas como la mayoría de las personas. Esto es porque casi todo el mundo aspira a resultados lineales: que su premio, recompensa esté ligado a su esfuerzo. Esto no te ayuda en absoluto para crear un largo plazo ganador.
El intento de conseguir resultados asimétricos te da también caídas asimétricas: cuando llega un golpe, es durísimo. Así está diseñado este juego. Y puedes quejarte de que no es justo o aceptarlo y prepararte para ello.
Genera resultados asimétricos analizando todo el tiempo dónde no hay gloria con tu esfuerzo. Y enfócate en que la inmensa mayoría de acciones en las que te involucres te den oportunidad de esto, de obtener resultados asimétricos. Haz que la probabilidad juegue a tu favor. Si intentas obtener un resultado asimétrico cada seis meses, no desarrollas ni el músculo ni la actitud para una vida optimizada.
Ten una vida optimizada.
Ecuanimidad. Enfoque. Largo plazo.
Sé audaz. Y selo ahora.
—A.