Vamos a suponer que puedes ahorrar cinco mil dólares al año.
Creo que el error más garrafal que puedes cometer aquí es ese, “ahorrar”.
No ahorres. Mejor acostúmbrate a invertir todo el tiempo.
Mete ese dinero a index funds.
Conceptos así suenan mucho más complejos de lo que realmente son. Entérate que si puedes abrir cuentas en las nuevas redes sociales que surgen a diestra y siniestra cada dos segundos, el procedimiento para acceder a servicios que te dan muchas ventajas con tu dinero es muy similar.
A estas alturas, probablemente ya te has dado cuenta que nuestra relación con la radio FM tradicional, los CDs y los MP3 ha evolucionado. Nada de esto ha dejado de existir, pero Spotify y otras plataformas digitales en este estilo son fantásticas y se han convertido en parte de nuestro comportamiento estándar: accedes prácticamente gratis a todas las canciones y artistas que quieras o, si lo prefieres, pagas unos pocos dólares al mes y eliminas sus anuncios comerciales.
A estas alturas, probablemente ya te has dado cuenta que nuestra relación con la televisión tradicional, los DVDs y el cine ha evolucionado. Nada de esto ha dejado de existir, pero Netflix y otras plataformas digitales en este estilo son fantásticas y se han convertido en parte de nuestro comportamiento estándar: accede a miles de películas, series, documentales, caricaturas y conciertos en todos tus dispositivos por pocos dólares al mes.
¿Educación? Lo mismo. Infinidad de maestros y cursos a escoger para las habilidades que necesites. Todos al alcance de tus dedos en YouTube o en portales como Udemy y Platzi.
Estoy seguro que eres usuario de muchas si no es que de todas estas opciones que te estoy mencionando. Y no ves nada de esto como algo sofisticado. Al contrario: es lo que todo el mundo usa, así que te has sumergido de manera natural en ello.
¿Qué crees? La banca y los servicios financieros tradicionales también han sufrido un asalto disruptivo casi mortal en los últimos años. De hecho, la batalla más profunda en el campo de lo virtual se está desarrollando aquí. Por un lado están los jugadores tradicionales que no quieren que las cosas se muevan mucho para no perder ni sus ingresos ni influencia basados en su viejo modelo de negocios. Del otro lado encuentras a la nueva generación de tecnofanáticos capitalistas que van tras un pedazo del inmenso pastel de la industria bancaria que les pertenece por sus habilidades modernas y visión.
Si alguien te platica sobre una nueva película o una canción genial, no pensarías en escribir una carta, adjuntar un cheque, enviarlo a un servicio de orden por catálogo y sentarte a esperar semanas pacientemente a que una copia física llegue a tu domicilio para disfrutar el contenido en un cassette. ¿Por qué sigues actuando así en términos financieros? Sí, la inmensa mayoría de las personas siguen comportándose así. ¿Cuántas personas en tu entorno reciben dinero extra y se compran un auto nuevo o lo dejan inerte en su cuenta bancaria o compran un “terrenito” para tenerlo como inversión en lugar de agregar más recursos a sus inversiones que sigan al S&P500 e inmiscuirse ligeramente en criptoactivos?
El auto nuevo de agencia pagado de contado es de las peores tonterías que cometemos cuando no hemos solucionado muchas otras cosas antes. A crédito es peor. Es puro ego. Es cero inteligencia para la vida. El dinero pasivo en nuestra cuenta de cheques en el banco es otra tontería: pierde valor y no suma en lo absoluto para tu riqueza. Y el terrenito, sí, bueno, pero eso era lo que hacían tus abuelos. Ten bienes raíces, claro, pero recuerda que vives en el siglo más ventajoso de la humanidad para insertarte en oportunidades fantásticas. Piensa y actúa como tal.
Cuando sabemos mucho de un tema porque lo hemos estudiado y aplicado en nuestras vidas durante un buen tiempo, pensamos que es conocimiento obvio. Un texto como éste luce básico y repetitivo para muchos de mis lectores quienes están inmersos en la búsqueda y ejecución continúa de hacks que los posicionen con ventaja natural en el largo plazo. Saben de finanzas personales, tienen orden con sus recursos, invierten en diferentes instrumentos, escuchan podcasts de expertos y leen los libros que la élite mundial publica.
Me gusta recordar aquello que no era normal en mi vida, las cosas que lucían exóticas y que me intimidaban décadas atrás. Por ejemplo, fue hasta mis veintiuno cuando probé comida japonesa por primera vez en la preparación de tepanyaki frente a mí. Fue una experiencia sublime. Subí a un avión hasta los veinticinco. Y fue para volar muchas horas fuera de mi país. Hoy ningún restaurante o viaje me pone nervioso, pero esto no siempre fue así. El error es olvidar que mucha gente (1) jamás ha tenido a un chef preparando artísticamente un plato frente a ellos y (2) nunca han volado a diez mil pies sobre el nivel del mar. Asumir que nuestro actual entendimiento y visión del mundo es “obvio” porque “las personas ya deberían saber esto” ya que “no es nada del otro mundo” nos impide ayudar de manera genuina.
Si no empatizamos, no podemos dar el siguiente paso productivo que es compartir con ellos muchas notas que los pueden ayudar. Si explicamos con apuntes modernos y poderosos un tema crucial como el dinero y hacemos que su uso inteligente se vuelva masivo, empujamos a nuestros países a mejores niveles.
Por eso estoy hablando de estas cuestiones “básicas”, “obvias” de dinero, porque para muchos de mis lectores todo esto que estoy mencionando es nuevo, poderoso, revelador. Y necesitan esta información destilada porque casi nadie en su entorno tiene la capacidad de explicarles bien los laberintos y hacks de este juego salvaje. Lo sé porque estuve ahí. La “educación financiera” en la pobreza es hacer lo que hace el vecino, escuchar lo que nos dicen en los medios y contratar sin chistar los servicios que nos empujan los bancos y tiendas departamentales. Lo increíble es que la educación financiera de quienes se mueven en la riqueza ya está disponible para todos. Más increíble es que no ponemos atención a esto porque, bueno, es más divertido darle like a videos chistosos y es más emocionante discutir tonterías con extraños en internet.
Leer Padre Rico, Padre Pobre y no ejecutar lo que te explica es un insulto a tu vida. No es la lectura más sofisticada de la historia de la literatura universal, pero su núcleo es poderoso si lo internalizas y ejecutas. Aquí va un ultra-resumen para ti porque me caes bien: activos son las cosas que te hacen dinero, todo lo demás son pasivos. La gente de clase media y baja pensamos que aseguramos nuestro futuro cuando en realidad estamos comprando pasivos. No construimos riqueza para las siguientes décadas. Casi todos empezamos en cada generación familiar desde cero. La escuela no nos enseña los temas que importan en la vida. Tenemos que vivir en modo aprendizaje el resto de nuestra vida. Invertir no es opcional.
Hablemos de tu auto. A menos que tengas una empresa a tu nombre con una buena ingeniería financiera a su alrededor que te guíe en los pasos de arrendar un vehículo para disminuir o eliminar impuestos sobre tu renta mensual, lo más seguro es que adquieras uno de estos como casi todo el mundo: a crédito o de contado. En ambos casos, pierdes muchísimo dinero. Un auto nuevo de agencia cuando no tienes desarrolladas en tu vida inversiones fuertes de largo plazo significa que a tu ego le falta calibración porque te está haciendo operar terriblemente en el sistema del mundo. No necesitas un automóvil en estado prístino-virginal. No es realmente heredable como algo ganador. No estoy diciendo que no tengas movilidad, estoy diciendo que el precio de sentirte bien en cuatro ruedas es muy costoso cuando haces el cálculo comparando con los rendimientos que no vas a obtener si hubieses hecho bien tu trabajo con los index funds.
Tu casa. Tu lugar para vivir siempre va a ser un gasto, aunque creas que es algo que puedes dejar a tu familia al morir. Necesitamos un espacio donde vivir, claro. Uno de los mejores hacks financieros que te puedo compartir: comprar una casa y pagar MXN$17,000 al mes por varios años no es mejor que rentar una casa por MXN$10,000 al mes y meter los otros MXN$7,000 cada mes al S&P500. Al final de los veinte años del modelo uno (comprar la casa) vs el modelo dos (rentar y estar invirtiendo al mismo tiempo cada mes) la diferencia en los activos que podemos tener es astronómica. Estamos más acostumbrados a estar pagando en lugar de buscar que nos estén pagando (los dividendos). Claro que desde un punto de vista emocional donde ya tenemos hijos y queremos una mayor certidumbre psicológica —que no realmente financiera— comprar la casa luce deseable.
Tus inversiones. Entiende que las mejores inversiones son aburridas. Tomas una decisión, le inyectas recursos y dejas de abrir la app a diario para ver “cómo va” tu dinero. Eso no es de pros.
Tus ahorros. Aprende finanzas personales con los expertos que ya te recomendé para que sepas hacer esto bien y no andes reinventando la rueda o usando tus fondos sin control.
Tus seguros. Esto te puede cambiar la vida como no tienes idea si tan solo aprendes a darle el valor que tienen. Ten seguros para la mayoría de las cosas que importan: salud, muerte, accidentes.
Tu emprendimiento. “No te rindas” es uno de los peores consejos. Los mejores hombres de negocios se rinden muchas veces, porque así es como vas iterando, mejorando, llegando a mejores respuestas. Imagina que Mark Zuckerberg no se hubiese rendido al querer comprar Snapchat y al día de hoy siguiera insistiendo. En su lugar, se rindió y compró Instagram, lo hizo una copia de lo que quería y ahora es mejor y mucho más valioso que Snap. Emprender es altamente riesgoso, bastante lento y cansado. Requiere un tipo muy peculiar de personalidad para que funcione. Si no tienes control de tus emociones, no tienes una buena oportunidad de generar recursos sostenibles en esta arena. Conócete bien.
Tu trading. Esto es para pocos. Y realmente si no sabes contabilidad, no te metas a estar comprando acciones individuales. No juegues contra los profesionales. Y no lo digo yo, lo dice Warren Buffett, que sabe un poco sobre todo esto.
Tu consultoría. ¿Por qué no estás construyendo una marca personal para explicar aquello que llevas años aplicando en tu día a día laboral? Hay miles de personas allá afuera que se pueden beneficiar del camino que has recorrido. No veas tu conocimiento como algo obvio, ni pienses que a nadie le va a interesar. Al contrario. Hay una fila inmensa de profesionales en tu área que vienen muchas décadas atrás de ti y que necesitan tu guía para avanzar más rápido. Dales justamente eso.
Tu contenido. Hoy no es así, pero lo será: crear notas, subir videos, compartir fotos, comentar, compartir, hacer un live, todo eso será pagado de manera automática. A las redes sociales no les quedará otra opción que comenzar a premiar a todos sus usuarios. Tal vez no lo veas así o no me entiendas, pero créeme, necesitas comenzar a desarrollar el músculo de generar contenido a diario para poder usarlo a tu favor en cuanto la web cambie su modelo actual. Una mentalidad pobre se expresa en términos de “¿Para qué? Mejor me espero a que ya me paguen y ahí sí lo hago entonces”. No. No puedes activarte un botón interno mágicamente y crear contenido de calidad ni mucho menos desarrollar una audiencia si no te has entrenado bien en ello.
Expertos de estos temas que personalmente sigo y conozco: Héctor Sosa de Adiós a tu Jefe, Miguel Gómez de Dinero en Español, Sonia Sánchez de Blog y Lana y Emmanuel Casanova de Coqueteando con tu Cartera. Y no, no recibo ningún ingreso por recomendártelos aquí.
Otras personas a quienes pongo bastante atención en temas de dinero: Ramit Sethi, Morgan Housel y Balaji Srinivasan. Ramit es un buen punto de inicio, cubre los aspectos básicos para que optimices tus finanzas personales. Morgan sube el nivel de la conversación con reflexiones profundas de nuestra relación con los recursos monetarios. Y Balaji, bueno, Balaji es un gusto adquirido, no es para todos, la verdad. Velo como el embajador perfecto del futuro del dinero, un filósofo y ejecutor intenso ampliamente reconocido en el criptomundo, esta revolución que hará lucir en unas décadas a los billetes y monedas de la actualidad como vemos con desdén el formato VHS de los ochentas: sí está bien, tiene sentido, pero nah, le faltan muchas cosas que la tecnología ya nos permite hacer.
Imagina que te das un año para pasar a modo obsesivo en esto de dominar el verdadero juego del dinero. Un año para sintonizar a tu favor lo que consumes con tus redes sociales. Un año para leer bien los libros claves del tema. Un año para empaparte con los podcasts de quienes están creando la nueva economía. Un año para ejecutar los mejores consejos comprobados para crear riqueza. Sería tu año de punto de quiebre. Y lo que ahí adquieras de entendimiento y confianza para tus movimientos tendrá una repercusión impresionante en las próximas décadas de tu vida.
Te deseo mucho mejor entendimiento de todo esto.
Y una ejecución constante.
Ecuanimidad. Enfoque. Largo plazo.
Sé audaz. Y selo ahora.
—A.