“Wealth” es una de esas palabras interesantes a la hora de traducirlas al español. ¿Es “riqueza” su equivalente correcto? Tal vez, pero no solamente en el sentido financiero. Como sea, es el concepto que llevo años tratando de hacer aparecer en mi vida, de dominar y de hacerlo crecer.
Wealth, wealth, wealth.
Wealth en todos los aspectos. Esto ya lo sabes: de nada sirve tu riqueza financiera si tu salud es frágil. Por otro lado, tu salud física espectacular de hoy poco vale si no sabes construir bases monetarias fuertes sobre las cuales pararte cómodamente en tus últimas décadas de vida.
Hablemos de tres etapas importantes en esto de tener wealth en nuestras vidas.
Wealth awareness.
Lo primero es entender que es posible alcanzar riqueza en varios aspectos. Usualmente nos enfocamos con exceso en un par de áreas: estudiamos mucho y trabajamos duro y a cambio de eso recibimos un buen salario y prestigio al ingresar a una empresa reconocida. Vamos jugando bien esa parte del juego corporativo pero descuidamos la salud porque no nos damos tiempo para ir al gym y comemos mal ya que estamos jóvenes, sanos y fuertes (en este momento). Esta es la historia de casi todas las personas que he conocido a lo largo de mi vida en la clase media hacia abajo principalmente. Incluyéndome yo, sin lugar a dudas.
No es nada complicado ver las posibilidades geniales de tenerlo todo en nuestra vida: dinero, salud, buenas relaciones, felicidad. Se trata de descubrir todo eso —y nunca mejor la palabra. Des-cubrir: quitar aquello que está cubriendo el concepto. ¿Qué lo cubre? Nuestras relaciones del momento. Lo que dejamos que nos taladren a diario. Lo que creemos sin retar.
¿Sabes qué destruye las posibilidades de descubrir la riqueza a la que podríamos acceder? Ver las noticias. No tenemos realmente idea de lo nocivo que es esto. Lo vemos como natural igual que en las películas de antaño la gente fuma dentro de la oficina como cualquier cosa. Las noticias no aportan absolutamente nada. Están redactadas por gente que no está pensando qué es lo que te conviene a ti en la vida. Están redactadas por muchas personas enojadas con la vida. Están diseñadas para hacerte adicto al drama. Son humo que te hace sentir que eres un buen adulto, un ciudadano responsable, un tipo enterado del mundo cuando nada de eso significa algo concreto ni en tu cuerpo ni en tu cuenta bancaria.
Después de las noticias, considero que los siguientes obstáculos para poder descubrir la riqueza en nuestra vida son las relaciones que no cuidamos, relaciones en las que no somos estratégicos sino meramente reactivos, relaciones en las que nos ciclamos, relaciones en las que nos hemos dejado llevar por la costumbre. Es casi imposible encontrar gente altamente exitosa y feliz en múltiples dimensiones rodeados de gente que no los multiplica.
Wealth building.
Bien. Ahora que ya sabes lo que tienes que hacer para conseguir que la riqueza financiera, espiritual, mental, familiar y social esté a tu alcance, debes construirla activamente.
Aquí entra durísima la parte de la mentalidad.
No puedes tener una vida extraordinaria si haces lo mismo que la gente ordinaria. Y una frase como ésta se escucha terrible en esta época de alta sensibilidad donde las personas vivimos con antenas paradas todo el tiempo para encontrar con facilidad aquello que nos dé un permiso fácil para ofendernos.
No te ofendas. Mejor observa.
Amo a mis papás. Y los amaré toda la vida. Y para que entiendas con un ejemplo real de mi vida esto que estoy intentando explicarte, quiero que sepas que ninguno de los dos es millonario, jamás han construido una fortuna y no han llegado a la etapa avanzada de sus vidas en condiciones envidiables. Decir esto de las personas que nos dieron la existencia no es común ni sencillo, sobre todo porque estamos acostumbrados a venerar instituciones y personas sin entender que para diseñar un destino genial debemos ser pragmáticos al extremo. Amar a alguien no significa seguir sus pasos. Amar a alguien no significa poner atención a esa persona. Yo no podría construir riqueza transgeneracional en varias dimensiones siguiendo los pasos de mamá y papá. Repito: los amo y admiro en algunos sentidos, pero tengo claro lo que no me conviene imitar.
Ahora transfiere este entendimiento a tus amigos. A tus maestros. A tus jefes. A muchas personas que quieres, admiras y buscas en automático sin pensar lo que realmente te están aportando o quitando. Hay muchas cosas importantes que no podemos ver fácilmente en la vida y si te juntas con gente que tampoco las ve y mucho menos les interesa, será casi imposible que lo extraordinario se manifieste ante ti.
Para construir riqueza financiera y de salud, considera que para la inmensa mayoría de las personas la ruta resulta rara y exótica —por decir lo menos. Pregúntate esto: ¿Encajo bien con casi todas las personas a mi alrededor? ¿Pienso y actúo en términos generales como todos ellos? ¿Están en donde yo quisiera estar en términos financieros y de salud? ¿Están en el camino que los va a llevar ahí?
La construcción de una estructura de vida financiera y de salud diferente, superior, requiere elementos diferentes, superiores. Esos elementos son disciplina, hábitos, mentalidad, ejecución, relaciones.
Wealth management.
Ya estás ahí. Genial. El ejercicio fuerte y alimentación adecuada son constantes en tu rutina. Las finanzas van bien y cada vez mejor. Y tienes planes a largo plazo con tus inversiones “aburridas”, alejadas de las ridiculeces dramáticas a las que nos volvemos adictos al ver una película o video de traders con jalones de adrenalina cada dos segundos.
Si ya llegaste, manténte ahí.
Esto lo consigues poniendo una fortificación emocional, intelectual y física a tu alrededor. El ruido del mundo te va a querer invadir. Las relaciones dramáticas buscan grietas por las cuales ingresar a tu sistema operativo personal.
Tus opciones diarias de todo tipo deben ser muy claras y estrictas para poder conservar el nuevo equilibrio genial que has ganado para esta parte de tu vida.
Entender, construir y mantener riqueza de salud y financiera es un tema extremadamente infravalorado. “No hay tiempo”. “Es que la crisis está dura”. “Es que ya nada es como antes”. “Es que el desempleo está por las nubes”. “Es que mi situación personal es compleja”. “Es que el gobierno no ayuda”. “Es que en mi trabajo no me da tiempo para hacer otras cosas”.
Dos notas al respecto de todo eso: algunas de las cosas que dices en ese estilo son seguramente ciertas. ¿Y de qué sirve que sean ciertas? Sí, tal vez tu jefe es un patán y te explota física y psicológicamente. Lamentablemente, establecer este hecho real no te ayuda en lo absoluto, no te lleva a ningún lado. La victimización —incluso siendo verdadera— es levantar emocionalmente la bandera de derrota. No te victimices. Y lo segundo que te quiero dejar aquí es que si efectivamente estás inmerso en una o varias de esas frases, la forma para salir de ahí no está ni en la mentalidad, ni en la ejecución, ni en las relaciones, ni en la rutina que tienes. De hecho, todo eso, tu mentalidad, ejecución, relaciones y rutina actuales son las cosas que te han puesto ahí. Así que debes modificarlas y no cuidarlas asignando culpas externas —que pueden ser totalmente ciertas, lo acepto, pero aun así eso no te dan ninguna herramienta para avanzar.
Te quiero, querida Persona de Alto Desempeño.
Quiero que tengas riqueza de salud, riqueza financiera, riqueza social en tu vida.
Para ello voy a seguir insistiendo en poner en tu radar temas que tal vez no son los más cómodos del mundo. Estas son notas que nadie me explicó y que he tenido que ir descubriendo —de nuevo la palabrita— y aplicando para conseguir algunos buenos resultados.
Resultados que tú también puedes tener.
Ecuanimidad. Enfoque. Largo plazo.
Sé audaz. Y selo ahora.
—A.